lunes, 4 de noviembre de 2013

Tengo una pesadilla.

Tengo una pesadilla. Me han cortado las piernas y me han rasgado las cuerdas vocales, no puedo hablar. Menos mal que aún tengo ojos para poder llorar, pienso. Los latidos de mi corazón hacen que se me mueva el cuerpo de una manera expansiva, mi estomago se encoge y agoniza por momentos, cada vez más rápido. En mi cabeza solo tengo las imágenes de aquel verano que me dediqué a correr por la playa, no pares, vuelvo a pensar para consolarme y no hacerme sentir inmóvil. Sigo llorando. Alguien viene, oigo sus pasos y cada vez está más cerca, el corazón me va a estallar y estoy muerto de miedo. El ruido de la puerta ya está aquí y se va abriendo muy lentamente, le miro y su cara me es muy conocida, eso me das más miedo aún, no me habla, no dice ni hace nada solo se ríe, qué carcajadas tan dolorosas, me estoy rompiendo. Aire, necesito aire, si pudiese gritar ya estaría ahogado. Me empiezo a balancear, eso me tranquiliza y me hace sentirme algo más poderoso dentro de este ser diminuto. Sigue riéndose, por favor que se calle ya de una vez, voy a estallar y no quiero que esto se convierta en el último suspiro de esta vida, corta vida. En mi mente sigo corriendo por la playa, cada vez más rápido y a veces salto con tanta fuerza como si no quisiese volver a bajar. Empiezo a confundir la realidad de la ficción, tengo lagunas de mi vida y me estoy olvidando de los buenos momentos, me los están arrancando con ansia y con mucha rabia. Me acuerdo de un buen momento, este por mis narices que no se me va. Sigue riendo, yo sigo llorando. Suena mi teléfono, aunque me cuesta consigo estirarme para poder leer la pantalla, estoy atado y es ella la que está llamando, mierda. Si pudiésemos hablar estoy seguro de que me harías sentir bien hasta en estas circunstancias tu voz me tranquiliza, mis manos tiemblan. Qué manera de pisarme, de estrujarme, de aplastarme, de hacerme invisible, de autodestruirme y de vencerme. Esto debe ser una broma, igual debería ponerme a reír yo también, venga voy a intentarlo, joder se me había olvidado que no podía, me arde la garganta. Poco más puedo hacer ya. Cierro los ojos como si no viese nada. Nada, sigue su risa.
Duérmete.

Mario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario